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:: BIODANZA Y GESTACI�N ::
 

BIODANZA Y GESTACI�N: UNA PROPUESTA INTEGRADORA DE VIDA

Luz Miriam Arteaga Alzate *

INTRODUCCI�N

La gestaci�n es, para la madre, un per�odo de grandes cambios anat�micos, fisiol�gicos y psicol�gicos que genera, adem�s, alteraciones en la relaci�n de pareja, en el futuro padre y en el medio familiar inmediato.

Aunque la historia del nuevo ser se inicia cuando se empieza a pensar en la posibilidad de su llegada, cuando se imagina, cuando se nombra, su existencia real s�lo se concreta cuando el �vulo es fecundado por el espermatozoide. El hijo empieza a ser una realidad corp�rea en otro cuerpo, el cuerpo de la madre que lo albergar� durante nueve meses.

Considerando las implicaciones que conlleva el per�odo de gestaci�n y la trascendencia que tiene en la vida de cada uno de los padres y del beb�, concebir un hijo es un inmenso acto de responsabilidad y reverencia hacia la vida manifestada en el nuevo ser, por lo que se hace necesario conocer, atender y cuidar este per�odo.

En el primer aparte de este art�culo se esboza de manera general el proceso de la gestaci�n, mostrando todos los aspectos biol�gicos y psicol�gicos implicados. Se habla tambi�n de la construcci�n del v�nculo de apego entre la unidad madre hijo y el futuro padre.

En un segundo momento se presentan los aspectos te�ricos en los que se fundamenta el Sistema Biodanza.

A continuaci�n se relacionan e integran los dos planteamientos centrales de este art�culo: Biodanza y Gestaci�n y se dan a conocer los mecanismos de acci�n de dicha alternativa durante el proceso de gestaci�n humana.

Para finalizar se presentan algunas conclusiones y recomendaciones sobre la pr�ctica de Biodanza durante la gestaci�n y se retoma la experiencia vivida por una joven madre biodanzante antes y durante su etapa de gestaci�n.

 

GESTACI�N: VIDA ANTES DEL NACIMIENTO.

�Los beb�s son competentes mucho antes de nacer. Est�n dotados de una organizaci�n neuropsicol�gica que los vuelve aptos, antes de cualquier experiencia, de cualquier aprendizaje, para percibir, procesar y estructurar las informaciones que llegan de su entorno� (Boris Cyrulnik, 2005, p. 34).

La gestaci�n humana es un proceso que dura regularmente nueve meses.

Biol�gicamente, se inicia con la fecundaci�n del �vulo por el espermatozoide y culmina con el nacimiento del beb�. Proporcionalmente, en el per�odo prenatal se da mayor crecimiento que en cualquier otra etapa de la vida. El ni�o inicia su formaci�n como una c�lula germinal microsc�pica y alcanza al nacer un peso aproximado de 3.200 g y una longitud de 45 cm. Durante este tiempo tambi�n se desarrollan todas las caracter�sticas f�sicas humanas. El cuerpo de la madre es un espacio ideal donde las condiciones generalmente est�n dadas para atender las necesidades vitales del ser en formaci�n.

El proceso de gestaci�n se ha dividido en tres fases, cada una con caracter�sticas particulares que las diferencian entre s�:

1. La fase germinal o per�odo del �vulo. Va desde la concepci�n hasta el

final de la segunda semana de vida intrauterina. Se caracteriza por

divisiones celulares del huevo fecundado y su implantaci�n en el �tero.

2. La fase embrionaria. Se da desde el final de la segunda hasta la octava o novena semana. En esta fase se inicia la formaci�n y desarrollo de todos los �rganos tanto internos como externos. Se forman, adem�s, la placenta, el cord�n umbilical y el l�quido amni�tico, los que constituyen el medio en el cual se desarrolla el beb� y a trav�s del cual se comunica con la madre.

3. La fase del feto. Va desde el final del segundo mes hasta el nacimiento del beb�.

El crecimiento y desarrollo del ser humano en esta etapa es acelerado, lo cual permite la maduraci�n y funcionamiento de la mayor�a de los �rganos.

El beb� entra en gran actividad debido al desarrollo del sistema nervioso;

aparecen los movimientos reflejos y algunas funciones preparatorias para

el nacimiento y la adaptaci�n a la vida extrauterina. El ni�o est� biol�gicamente desarrollado al terminar el s�ptimo mes de gestaci�n.

Durante la gestaci�n se presentan alteraciones en lo biol�gico y lo psicol�gico que comprometen a la unidad madre‐hijo y afectan adem�s la relaci�n de pareja, al padre y al c�rculo familiar cercano. Tambi�n son significativos los cambios corporales que la madre experimenta:

En el primer trimestre de gestaci�n la madre puede sentir malestar debido a los cambios hormonales que alteran el funcionamiento normal del organismo.

Generalmente se presenta ansiedad para adaptarse y aceptar el nuevo estado. Son comunes molestias como mareos, n�useas, v�mitos y sue�o excesivo.

Para el segundo trimestre las molestias iniciales han disminuido; sin embargo, los cambios f�sicos empiezan a ser notorios y aparece el temor a no ser sexualmente atractiva para su pareja y a no estar dentro de los par�metros est�ticos establecidos socialmente.

En el �ltimo trimestre la madre experimenta gran ansiedad y temor hacia el parto o a cualquier malformaci�n del beb�. Reaparece el malestar f�sico debido al peso, pueden presentarse calambres, estre�imiento, cansancio y dem�s s�ntomas propios de la gestaci�n en esta etapa final. Es de gran importancia el acompa�amiento a la futura madre por parte del compa�ero y del c�rculo familiar y social m�s cercano.

La gestaci�n tambi�n cumple una funci�n muy especial en el establecimiento de v�nculos y estilos de relaci�n que se van construyendo incluso desde antes de la concepci�n pero que se consolidan realmente en esta etapa y que influyen en el desarrollo del beb� en formaci�n y en la manera de establecer relaciones en el futuro.

CONSTRUCCI�N DEL V�NCULO DE APEGO DURANTE LA GESTACI�N

�La aparici�n del sentimiento de persona se construye lentamente: el beb� es imaginado antes de ser percibido, hablado antes de ser o�do� (Cyrulnik, 2005, p.

31).Conjuntamente con los aspectos biol�gicos, la historia del beb� humano est� atravesada por experiencias de vinculaci�n y apego, indispensables para el  adecuado desarrollo y crecimiento. Idealmente se espera que estas experiencias de vinculaci�n est�n sustentadas en el amor realista y respetuoso de los futuros padres.

Vinculaci�n con la Madre

El estado de salud y de nutrici�n en la madre son condiciones b�sicas para que el beb� logre desarrollarse biol�gicamente y crecer dentro de los par�metros prenatales establecidos; sin embargo, existen otros aspectos igualmente importantes que inciden directamente en su bienestar y que corresponden m�s al mundo emocional. Est� comprobado que todas las sensaciones y emociones de la madre son percibidas directamente por el ni�o durante la vida intrauterina, dada la relaci�n de total intimidad que se establece entre ambos.

En la actualidad, gracias a los adelantos cient�ficos y observaciones directas durante la gestaci�n, es posible conocer de manera directa el proceso de desarrollo del beb� en el �tero materno. Boris Cyrulnik (2005), en sus investigaciones sobre la etapa prenatal, afirma que, incluso desde la fase embrionaria, las informaciones percibidas por el embri�n participan en su desarrollo, lo que le lleva a hipotetizar que la historia del beb� comienza mucho antes de su nacimiento.

El primer acercamiento evidente para los padres con su beb� se da a trav�s de los ruidos card�acos, alrededor de la tercera semana, lo que puede definir el inicio de la formaci�n del v�nculo afectivo. Poder escucharlo, les permite considerar al ni�o en formaci�n como un ser diferenciado de la madre, con identidad propia.

El v�nculo inicial de la unidad madre‐hijo se da, en un primer momento, a trav�s de las v�as enteroceptivas y, posteriormente, desde los canales exteroceptivos �conformados por los cinco sentidos�a medida que van desarroll�ndose y madurando. Desde �stos, se abre para el padre la posibilidad de relacionarse con su beb� bien en la interacci�n permanente con la madre o directamente cuando se pone en contacto, mediante el tacto y el lenguaje, con el vientre materno.

El acercamiento o vinculaci�n a trav�s de los sentidos se va propiciando en la medida que �stos se desarrollan. El primero es el tacto, por medio del cual el beb� en formaci�n percibe mensajes cuando el �tero se contrae por situaciones que la madre experimenta. Esas contracciones son sentidas generalmente en la espalda del ni�o debido a la posici�n fetal y son vivenciadas como un masaje postural, siendo este movimiento la primera comunicaci�n sensorial establecida.

 

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REFERENCIAS

Arboleda, R., Gallo, L. & Molina, N. (2005), Motricidad y gestaci�n, Armenia, Kinesis.

Cyrulnik, B. (2005). Bajo el signo del v�nculo. Madrid: Gedisa.

Posada, A., G�mez, J. & Ram�rez, H. (2004). El ni�o sano, 3� ed. Bogot�: Editorial

M�dica Panamericana.

Toro, R. (1991). Teor�a da Biodan�a. Colet�nea de Textos. Volume II. Brasil: ALAB.

Toro, R. (1998). Biodanza: Cursos de actualizaci�n, 2. Modelo te�rico Inconsciente

Vital. Santiago de Chile: Internacional Biocentric Foundation.

Toro, R. (2002). Biodanza. Brasil: Olavobr�s .

 

 

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