Extracto extra�do el
libro "Sexo, Tantra y Tao�smo" de
Jorge Ra�l Olgu�n
Parte 1
La
palabra Tantra est� formada a su vez por dos: TANOTI,
que es la explicaci�n detallada sobre Tattva (Los
Principios que constituyen la Existencia), cuya ra�z es
Tan, que significa �expansi�n�, y TRAYOTI, que es
la constituci�n del Mantra (F�rmulas M�sticas), con su
ra�z Tra o �liberaci�n�, y por �ltimo TRANAT, que
encierra la liberaci�n. Por ello la Ciencia del Tantra
representa en una primera definici�n, la expansi�n de la
mente por la liberaci�n de la energ�a, y en el mismo
sentido, en la segunda definici�n, la expansi�n de la
mente sobre los siete niveles de conciencia y la
liberaci�n de la energ�a de las dimensiones densas de la
materia. Tantra es el sistema por el cual Shakti (La
Energ�a Primordial) es liberada de la mente.
�Qu� es lo que libera
el Tantra? El Tantra libera la energ�a que est� en la
mente �C�mo la libera? Expandi�ndola. �Qu� es una
expansi�n? El desarrollo de la armon�a del cuerpo y la
mente, de la salud f�sica y mental. Alinear el Tan, se
dir�a en el Vyayam, alinear la expansi�n, que todos los
n�cleos de la fuerza se expandan al un�sono. Esta es la
base del Tantra, sin esto no es posible avanzar.
Las escrituras del
Tantra necesitan ser explicadas y desentra�adas por un
Maestro. A pesar de la gran cantidad de libros sobre el
tema, s�lo un maestro puede transmitir el conocimiento
que se encierra en esta tradici�n, y sobre todo su
pr�ctica y ritual, en gran parte secreta.
Tantra es el recurso
para poder convertir una cosa en otra. La alquimia de la
existencia. Transforma algo sin valor en algo valioso,
sintetiza multitud de opciones y las concentra en el
propio ser humano. No rechaza nada mundano, ya que todo
puede ser transformado en algo valioso. Es un proceso
por el cual un hombre puede cortar de ra�z todo aquello
que esclaviza la mente.
Parte 2
Un t�ntrico tiene que crear primero
las bases del car�cter, es decir, del control de las
emociones, de los est�mulos, obteniendo un conocimiento
y experiencia, para poder establecerse en aquello que le
afirma. Sin un intenso anhelo de alcanzar la liberaci�n,
la ense�anza del Tantra no podr� alcanzar frutos. Todo
eso est� en el Tan, el n�cleo de la capacidad de la
energ�a o poder (shakti) que hay en t�, que forma tu
identidad, el n�cleo de tu personalidad, lo que t� eres,
y eso debe ser expandido, desarrollado, tanto en el
campo humano como en el espiritual y f�sico. No podemos
separar nuestro cuerpo de nuestra mente y nuestro
esp�ritu. Hay que expandirse en todos los campos de la
vida.
No es �m�s t�ntrico� meditar, hacer
vyayam o japa, que hacer bien tu trabajo, comer
correctamente o abrazar bien a otra persona. Por eso el
Tantra abarca todos los ordenes de la vida, el
conocimiento, el arte, la medicina, etc.
Tantra es liberar la
limitaci�n condicionante que a�sla un aspecto de shakti
de otro aspecto de shakti, expandiendo la naturaleza de
una de esas manifestaciones, para asociarlas y
unificarlas. As� como dos gotas de agua al unirse
pierden su forma sin dejar de ser agua (agua como imagen
de la consciencia c�smica). Percibir que la esencia est�
m�s all� de las formas, se encuentra en el esp�ritu. Es
m�s f�cil encontrar esa esencia en una uni�n de dos o
m�s personas, que en cada una de ellas aisladamente.
En el concepto
t�ntrico del sexo, la uni�n del sexteto que forman la
mente, el cuerpo y el esp�ritu de dos personas (que
recibe el nombre de shatkona y se representa por la
uni�n de dos tri�ngulos), se expresa en la fusi�n
consciente del paramaithuna.
La visi�n del Tantra
es la felicidad, porque �sta no depende de las cosas en
s� mismas, que s�lo acarrean la decepci�n al estar
condenadas a la muerte. Si se ata la felicidad a cosas o
personas, se ata al estado de ser de esa cosa o persona,
pero si uno se asocia y no pone ah� su eje, se disfruta
de los momentos �lgidos, y cuando mueren los dejamos sin
apego.
Incluso para aquellos
que aman, la pasi�n tiene que ser espiritualizada por la
conciencia. Debemos buscar la belleza igual que la
espiritualidad. Muchas veces aquello que m�s apariencia
tiene, es lo que est� m�s vac�o. Por eso, para verlo,
tenemos que cerrar los ojos, para que la forma no nos
ciegue ni nos enga�e.
Parte 3
Tantra no trata
�nicamente del potencial sexual humano. Es acerca del
potencial humano en todos los niveles: espiritual,
f�sico, emocional y energ�tico. A causa de que fu�
reprimido for much�simos a�os existe una gran confusi�n
hoy sobre que es realmente Tantra. Hay varios tipos de
Tantra y muchos significados de la palabra. En esta
p�gina presento algunos de los puntos de vista de Tantra
y sexualidad t�ntrica.
La mayor�a de las
personas no tienen en claro lo que es Tantra realmente y
que puede hacer por ellos.
Probablemente el
punto de vista m�s com�n es que Tantra tiene cierta
conecci�n con religi�n oriental, sexo desinhibido y con
las posiciones para hacer el amor, definidas en el Kama
Sutra (ant�guo manual hind�. Para algunos, Tantra es un
culto al amor libre, un movimiento que sobrevivi� a la
psicodelia de los 60; para otros es terapia sexual de la
espiritual New Age, parte del estilo de vida
californiano, una parte de la cultura pop de los 90.
Ninguno de estos
puntos de vista est�n equivocados o son incorrectos,
pero ninguno explica que es realmente Tantra en la
actualidad.
As� entonces...�Qu� es Tantra? �Qu�
significa? Y lo m�s importante de todo... �Qu�
relevancia tiene para nosotros?.
La palabra Tantra es
de origen s�nskrito, el lenguaje sagrado del hinduismo.
Deriva de la ra�z "tan" que se puede traducir como:
"extender", "expandir", "desparramar", "continuar", ,
"ola", "avanzada", "demostraci�n", "manifiesto". Igual
que el universo que habitamos, el Tantra est�
continuamente expandi�ndose. desparram�ndose y
manifest�ndose a s� mismo igual que una "honda cosmica"
hecha de distintas energ�as. Nosotros somos parte de esa
honda como nuestros ancestros, todo tipo de vida y todo
tipo de energ�a y materia. Esto incluye: pensamiemtos,
acciones y toda la materia f�sica.
En una relaci�n
sexual, el Tantra ense�a que se puede canalizar la
energ�a positiva del var�n a trav�s del chakra sacro o
sexual de la mujer.
Algunas definiciones de Tantra:
A causa de que Tantra
es un sujeto m�stico, es casi imposible de definir,
incluso eminentes entendidos han tenido dura tarea para
definir Tantra en la actualidad. Las distintas
explicaciones indican una naturaleza multifac�tica.
Tantra es una ciencia espiritual, con ella nosotros
decubrimos partes nuestras dormidas o que han sido
reprimidas. Con Tantra una energ�a es liberada y
refrescada. Nosotros podemos aprender por emplear esa
energ�a por placer, por alcanzar nuestras metas mundanas
y alcanzar nuestra evoluci�n espiritual.
Familiarmente con el
Tantra podemos ayudar a una persona a disfrutar de la
vida, llenarla. Ello puede ayudar a revertir culpas y
temores, romper con autoimposiciones o ataduras
culturales y nos gu�a en nuestra busqueda de soluciones.
Tantra nos ense�a a estar mas familiarizados con nuestra
naturaleza m�stica y cuando lo hacemos expandimos
nuestros limites. Nos hacemos poderosos, mas llenos y
m�s perfectos.
El diccionario de uso
com�n nos descubre lo que es Tantra. Una palabra
s�nskrita, Tantra es a veces traducida como principio
l�der, parte esencial, modelo, sistema, marco de
referencia, doctrina, regla, teor�a, trabajo cient�fico,
tambi�n como: orden, parte principal, regla, autoridad,
ciencia, trabajo m�stico, formulas m�gicas, significado,
expediente, estratagema, medicina." Finalmente, Tantra
es a veces definida como "un tipo de ense�anza m�stica
agrupada mayormente en forma de di�logos entre una
pareja c�smica, di�logos �ntimos llenos de entendimiento
entre dios y diosa, Shiva y Shakti, el var�n y la mujer
de los adeptos t�ntricos, los que a veces fueron
escritos en los libros que conocemos como Tantras.
Naturalmente estos di�logos, son �ntimos, incluso
secretos sexuales y tambi�n otros fascinantes t�picos.
Tantra ha sido bien
probada a trav�s de a�os, no en los laboratorios
mundanos pero s� en los laboratorios del cuerpo humano
por Yoguis cientistas y Lamas tibetanos quienes no se
conduc�an por fines comerciales pero s� por el deseo de
ganarse la sabidur�a espiritual y la liberaci�n. Sus
observaciones y descubrimientos han sido trasladadas a
nosotros.
La escrituras
sagradas hind�es y budistas conocidas como Tantras
proveen detalladamente instrucciones sobre un amplio
rango de t�picos, incluyendo sabidur�a espiritual,
tecnolog�a y ciencia. Su contenido es tambi�n
parad�jico. En Tantra, ciencia y misticismo, van mano a
mano, como lo hacen sensualidad y asceticismo. Justo
como los tratados de ciencia avanzada son dificultosos
de comprender para el lego, as� los tradicionales
Tantras requieren de adecuada preparaci�n antes de poder
entenderlo con propiedad.
Tantra no trata
�nicamente del potencial sexual humano. Es acerca del
potencial humano en todos los niveles: espiritual,
f�sico, emocional y energ�tico. A causa de que fu�
reprimido for much�simos a�os existe una gran confusi�n
hoy sobre que es realmente Tantra. Hay varios tipos de
Tantra y muchos significados de la palabra. En esta
p�gina presento algunos de los puntos de vista de Tantra
y sexualidad t�ntrica.
La mayor�a de las
personas no tienen en claro lo que es Tantra realmente y
que puede hacer por ellos.
Probablemente el
punto de vista m�s com�n es que Tantra tiene cierta
conecci�n con religi�n oriental, sexo desinhibido y con
las posiciones para hacer el amor, definidas en el Kama
Sutra (ant�guo manual hind�. Para algunos, Tantra es un
culto al amor libre, un movimiento que sobrevivi� a la
psicodelia de los 60; para otros es terapia sexual de la
espiritual New Age, parte del estilo de vida
californiano, una parte de la cultura pop de los 90.
Ninguno de estos
puntos de vista est�n equivocados o son incorrectos,
pero ninguno explica que es realmente Tantra en la
actualidad.
As� entonces...�Qu�
es Tantra? �Qu� significa? Y lo m�s importante de
todo... �Qu� relevancia tiene para nosotros?.
La palabra Tantra es
de origen s�nskrito, el lenguaje sagrado del hinduismo.
Deriva de la ra�z "tan" que se puede traducir como:
"extender", "expandir", "desparramar", "continuar", ,
"ola", "avanzada", "demostraci�n", "manifiesto". Igual
que el universo que habitamos, el Tantra est�
cont�nuamente expandi�ndose. desparram�ndose y
manifest�ndose a s� mismo igual que una "onda c�smica"
hecha de distintas energ�as. Nosotros somos parte de esa
onda como nuestros ancestros, todo tipo de vida y todo
tipo de energ�a y materia. Esto incluye: pensamiemtos,
acciones y toda la materia f�sica.
En una relaci�n
sexual, el Tantra ense�a que se puede canalizar la
energ�a positiva del var�n a trav�s del chakra sacro o
sexual de la mujer.
Algunas definiciones de Tantra:
A causa de que Tantra
es un sujeto m�stico, es casi imposible de definir,
incluso eminentes entendidos han tenido dura tarea para
definir Tantra en la actualidad. Las distintas
explicaciones indican una naturaleza multifac�tica.
Tantra es una ciencia espiritual, con ella nosotros
decubrimos partes nuestras dormidas o que han sido
reprimidas. Con Tantra una energ�a es liberada y
refrescada. Nosotros podemos aprender por emplear esa
energ�a por placer, por alcanzar nuestras metas mundanas
y alcanzar nuestra evoluci�n espiritual.
Familiarmente con el
Tantra podemos ayudar a una persona a disfrutar de la
vida, llenarla. Ello puede ayudar a revertir culpas y
temores, romper con autoimposiciones o ataduras
culturales y nos gu�a en nuestra busqueda de soluciones.
Tantra nos ense�a a estar mas familiarizados con nuestra
naturaleza m�stica y cuando lo hacemos expandimos
nuestros limites. Nos hacemos poderosos, mas llenos y
m�s perfectos.
El diccionario de uso
com�n nos descubre lo que es Tantra. Una palabra
s�nskrita, Tantra es a veces traducida como principio
l�der, parte esencial, modelo, sistema, marco de
referencia, doctrina, regla, teor�a, trabajo cient�fico,
tambi�n como: orden, parte principal, regla, autoridad,
ciencia, trabajo mistico, formulas m�gicas, significado,
expediente, estratagema, medicina." Finalmente, Tantra
es a veces definida como "un tipo de ense�anza m�stica
agrupada mayormente en forma de di�logos entre una
pareja c�smica, dialogos �ntimos llenos de entendimiento
entre dios y diosa, Shiva y Shakti, el var�n y la mujer
de los adeptos t�ntricos, los que a veces fueron
escritos en los libros que conocemos como Tantras.
Naturalmente estos di�logos, son �ntimos, incluso
secretos sexuales y tambi�n otros fascinantes t�picos.
Tantra ha sido bien probada a
trav�s de a�os, no en los laboratorios mundanos pero s�
en los laboratorios del cuerpo humano por Yoguis
cientistas y Lamas tibetanos quienes no se conduc�an por
fines comerciales pero s� por el deseo de ganarse la
sabidur�a espiritual y la liberaci�n. Sus observaciones
y descubrimientos han sido trasladadas a nosotros.
La escrituras
sagradas hind�es y budistas conocidas como Tantras
proveen detalladamente instrucciones sobre un amplio
rango de t�picos, incluyendo sabidur�a espiritual,
tecnolog�a y ciencia. Su contenido es tambi�n
parad�jico. En Tantra, ciencia y misticismo, van mano a
mano, como lo hacen sensualidad y asceticismo. Justo
como los tratados de ciencia avanzada son dificultosos
de comprender para el lego, as� los tradicionales
Tantras requieren de adecuada preparaci�n antes de poder
entenderlo con propiedad.
Parte
4
Iniciaci�n t�ntrica en Occidente
El buscador
sincero encuentra siempre bastante indicaciones y ayuda
para seguir su v�a con �xito.
La iniciaci�n t�ntrica en Occidente
plantea un problema, expresado en la carta siguiente:
�Muy interesado en el Tantra, he le�do una abundante
literatura sobre el tema y considero que este modo de
ser y de pensar es el m�s audaz que conozco. Sin
embargo, no he intentado nunca una iniciaci�n, por temor
a la imagen de marca difundida en Occidente del Tantra
como "yoga sexual", que lo identifica con una serie de
acrobacias l�bricas y que da origen a muchos
charlatanes. De modo que me permito preguntarle donde
podr�a abordar esta pr�ctica con serenidad, o encontrar
a personas dignas de confianza�.
En realidad el
problema existe, y aumentar� en la medida en que el
Tantra vaya ganando terreno. A causa de la reputaci�n de
lubricidad que atribuyen a los t�ntricos sus enemigos, a
causa tambi�n de la discreci�n de los verdaderos
t�ntricos, hay individuos turbios que, bajo la cubierta
del Tantra, se entregan �y se entregar�n� a pr�cticas
m�s que dudosas, Y esto tambi�n en la India, pues los
aut�nticos gur�es t�ntricos all� son escasos y adem�s la
hostilidad ambiental los hace esconderse. Desconocidos
por el p�blico, es muy dif�cil encontrarlos.
�Es una situaci�n sin salida? No,
pues creo que es posible transmitir por escrito lo
esencial del pensamiento y de las pr�cticas del Tantra;
sino �cual es el sentido de esta nota? Existen buenos
libros sobre el Tantra, pero lamentablemente, en cuanto
se trata de la pr�ctica concreta enmudecen, lo cual,
dentro de todo, es mejor que publicar tonter�as. Una
informaci�n correcta es en mi opini�n la mejor defensa
contra los falsos gur�es actuales y permite ir muy lejos
en la v�a t�ntrica sin otra ayuda.
Sin embargo, cuando
un n�mero suficiente de adeptos est�n preparados, ser�
posible la iniciaci�n completa y concreta en silencio y
con discreci�n. En este sentido, algunas reglas
acompa�an a toda iniciaci�n aut�ntica: siempre es
individual y s�lo se produce despu�s de una minuciosa
preparaci�n f�sica y ps�quica frecuentemente de muchos
meses de duraci�n. Y todo en un contexto espiritual
aut�ntico.
Desde siempre el gur�
ha sido el pilar del Tantra, sobre todo en la V�a de la
Izquierda, en la que su relaci�n con el disc�pulo
alcanza una intensidad y una intimidad que s�lo pueden
comprender los que la han vivido. Como con las fresas,
para qu� hablar: comiendo una sola se aprende m�s sobre
su sabor que con todos los tratados del mundo. Sin
embargo, si bien es imposible transmitir la experiencia
misma, describirla ayuda a distinguir al verdadero gur�
t�ntrico de los pseudogur�es.
La afirmaci�n �cuando
el disc�pulo est� preparado, el gur� aparece� es
literalmente cierta. Pero el adagio opuesto tambi�n es
verdad: �cuando el Maestro est� preparado, el disc�pulo
aparece�. Ni el disc�pulo ni el gur� salen a la b�squeda
uno del otro: esperan que �eso� se produzca. Este
improgramable �eso� escapa al azar que rige la mayor�a
de los encuentros humanos.
La conclusi�n es simple y,
aparentemente, poco alentadora: pocos de los que buscan
tienen la posibilidad de encontrar un gur�, perd�n, su
gur�, no s�lo en Occidente sino en la India. Entonces,
�no tienen esperanzas? El buscador sincero encuentra
siempre bastantes indicaciones y ayuda para poder seguir
su v�a con �xito. Un gur� es una ayuda preciosa,
irreemplazable, pero para el que tiene un verdadero
deseo, hay siempre un gur� supremo, el S� mismo, que es
su esencia sutil...
Para el Tantra, el Saber puramente
intelectual no s�lo es incapaz de asegurar nuestra
expansi�n y nuestra felicidad, sino que tambi�n es
f�til, porque solamente puede ara�ar la superficie de
las cosas. Los descubrimientos gen�ticos son maravillas
del ingenio humano, pero disecar los genes y observarlos
en el microscopio electr�nico no revela la naturaleza de
la Vida. Determinar la fecha de la aparici�n de la Vida
en nuestro planeta no es verdaderamente importante.
Pero, cuando el t�ntrico percibe que �sta es la
expresi�n de la Vida desde los or�genes, transciende su
yo limitado y desemboca en lo c�smico.
Evidentemente, no todo es negativo
en el balance de la Ciencia y no se trata de rechazarla
en bloque, pero hay que ser consciente de sus l�mites,
que son mucho m�s estrechos de lo que se cree, porque la
Ciencia se basa s�lo en las percepciones exteriores.
Alain Dani�lou, en
�Yoga, M�thode de re�int�gration, escribe: �Una
percepci�n exterior no constituye por s� sola un
verdadero conocimiento, y el �nico medio para el hombre
de obtener el conocimiento verdadero de un objeto es
identificarse con �l; s�lo cuando es uno con �l puede
conocerlo tal cual es, no s�lo como parece�.
La Ciencia hace al hombre
orgulloso, presuntuoso, y le hace subestimar la Vida. El
problema no es saber si hay que rechazar la Ciencia,
sino m�s bien que es esencial reintegrarla en una visi�n
c�smica total y devolverle el sentido de lo sagrado.
Parte 5
La V�a del Valle
La v�a t�ntrica llamada �del Valle�
es la m�s f�cil, especialmente para el control de la
eyaculaci�n, pues ese tipo de uni�n poco �movida� est�
basada en la relajaci�n f�sica y mental. Se la podr�a
juzgar poco �excitante�, lo cual es relativamente
cierto. Sin embargo nos abre un mundo desconocido de
sensaciones y de experiencias, engendra una plenitud
prolongada, y logra la integraci�n total de dos seres,
en cuerpo, mente y exp�ritu, fuente de felicidad
desconocida por las parejas ordinarias de nuestro
Occidente apresurado.
Gracias sobre todo a la V�a del
Valle el t�ntrico llega a �feminizar� su experiencia de
la sexualidad. Para el hombre ordinario el acto sexual,
centrado en el polo de la especie, es decir, en los
�rganos genitales, es una experiencia convergente en el
espacio y en el tiempo. En otros t�rminos, su vivencia
tiende a restringirse cada vez m�s. La mujer despierta
su deseo, luego, desde que se produce la erecci�n, su
vivencia se instala en una zona cada vez m�s reducida,
la zona genital. Una vez insertado en la vagina, su pene
acapara toda su atenci�n, que tiende, poco a poco, a
focalizarse en las sensaciones percibidas en el glande.
Paralelamente, su experiencia se
estrecha tambi�n en el tiempo: converge hacia el breve
instante de placer de la eyaculaci�n, despu�s de lo cual
su deseo decae inmediatamente, y el hombre se retira y
se aparta de la mujer.
Para el t�ntrico, por el contrario,
incluso fuera del ritual, el maithuna es una experiencia
divergente, de tipo femenino. En efecto, en la mujer, la
vivencia sexual, lejos de limitarse a la vagina y al
pene que all� encierra, desborda progresivamente la
esfera genital, se difunde por todo el cuerpo y, cuando
llega el orgasmo, implica cada fibra de su carne y luego
invade su ser. El �xtasis tiende tambi�n a
intensificarse, a prolongarse, por tanto a extenderse en
el tiempo. Mucho despu�s del fin del contacto sus ecos
resuenan en ella todav�a.
Esta experiencia difusa es tambi�n
la del t�ntrico que no se acopla a una vagina, sino que
se une al ser total, a la mujer f�sica, ps�quica y
c�smica, es decir a la encarnaci�n de Shakti. Cuando el
lingam ha establecido el contacto �ntimo, cuando percibe
el yoni, Shiva participa en el deseo y en la emoci�n
er�tica de Shakti. A partir del lingam su experiencia
er�tica es como una mancha de aceite, gana
progresivamente todo su vientre, viaja a lo largo de su
columna vertebral y por �ltimo hace vibrar cada c�lula
de su cuerpo. Participa intensamente en la emoci�n
sexual �ltima de Shakti cuando ella vive un profundo
orgasmo. Percibe as� el ser secreto de la mujer, sin
tratar de apropiarse de su cuerpo ni de su sexo. No
piensa: �Es mi mujer, y su sexo y su sexualidad me
pertenecen�. Percibe, en el sexo, la expresi�n del poder
creador c�smico suprapersonal. Unido a Shakti, todo su
cuerpo se convierte en �rgano sexual, no solo el lingam
como en la uni�n ordinaria.
Antes de abordar la
pr�ctica, veamos primero las posiciones apropiadas:
La posici�n
accidental usual, es decir, la del misionero, no
conviene para nada: fatiga a Shakti, que debe soportar
mucho tiempo el peso del hombre acostado sobre ella,
sobre todo si �l se relaja, como deber�a ser. Ahora
bien, en la V�a del Valle, la uni�n puede durar hasta
dos horas o m�s... La somnolencia, lejos de ser un
inconveniente, hace aflorar el inconsciente y permite
intercambios magn�ticos y ps�quicos intensos: en el
sue�o los intercambios se realizan en un plano ps�quico
sutil.
La posici�n a
horcajadas, Purushayita, es conveniente siempre que sea
posible la relajaci�n, que se logra colocando cojines en
la espalda de cada integrante de la pareja.
En la �ptica del
Tantra, se puede optar por la posici�n en oposici�n,
llamada en X, horizontal o inclinada unos 45 grados.
Esta asana tradicional y espec�ficamente t�ntrica
favorece la circulaci�n de las energ�as sutiles,
permitiendo al mismo tiempo una relajaci�n creciente con
un contacto sexual correcto; los movimientos son
limitados o inexistentes. Detalle pr�ctico: en los
climas fr�os con frecuencia hay que taparse porque la
relajaci�n hace descender la temperatura del cuerpo y la
incomodidad compromete el logro de la experiencia.
Ventaja no despreciable: en esta asana el control de la
eyaculaci�n no plantea ning�n problema.
Otra posici�n
favorable es la lateral, Paryankasana, llamada tambi�n
�de von Urban�. Aunque asim�trica, permite una
relajaci�n profunda y conviene a las circunstancias
occidentales, (cama, colchas, etc).
La V�a del Valle
implica una inmovilidad relativa. Los movimientos son
limitados, poco amplios y controlados, tanto en Shiva
como en Shakti: uno solo de ellos es activo, el otro
permanece pasivo y distendido. Con frecuencia es Shakti
quien se mueve, por ejemplo para que se mantenga la
erecci�n, que no debe necesariamente ser del estilo
triunfante durante todo el contacto. Incluso si el
lingam est� semirr�gido, Shakti puede vivir una
experiencia intensa, lo mismo que Shiva. Las
fluctuaciones de la erecci�n son normales y forman parte
de las reglas del juego.
Si espont�neamente
una ondulaci�n r�tmica nace en el cuerpo de Shakti,
puede abandonarse a ella, siempre que la reprima si los
movimientos se amplifican y se aceleran. En efecto,
estos movimientos podr�an interrumpir la experiencia, ya
sea por la expulsi�n del lingam si la erecci�n es muy
d�bil, ya sea por una eyaculaci�n no deseada. En la V�a
del Valle, Shakti puede as� acceder a un orgasmo de otro
tipo, es decir, experimentado casi �nicamente en el polo
del individuo, el cerebro, m�s que en el polo de la
especie, los �rganos genitales, como es lo com�n.
Tambi�n puede
producirse a la inversa, que Shakti se relaje y Shiva
realice movimientos limitados, espont�neos pero
controlados, lo cual parece contradictorio. De hecho, se
deja que el cuerpo mismo desencadene estos movimientos
(por tanto son espont�neos), mientras que la mente los
observa y los controla si la amplitud y el ritmo ponen
su dominio en peligro.
Los papeles pueden
alternarse: primero Shakti dirige el juego, luego Shiva,
o a la inversa, alternando fases de inmovilidad y de
lenguaje secreto, es decir, de contracciones vaginales a
las que el lingam responde. Hay que evitar �pensar� los
movimientos, intelectualizar el acto, que sin embargo
debe ser todo el tiempo consciente. La pareja permanece
as� receptiva, disponible a todos los matices de la
experiencia tanto a nivel genital como en el cuerpo
entero. Una sensaci�n inefable de fusi�n es, en
principio, un logro normal en la V�a del Valle; en
principio porque al comienzo parece menos satisfactoria
que los contactos usuales no t�ntricos, pero pronto la
exploraci�n de este universo nuevo resulta fascinante.
Adem�s, uno no se
propone �convertirse� de una vez por todas a este tipo
de uni�n y hacer de �l su men� exclusivo: una v�a no
excluye jam�s la otra. La V�a del Valle permite a Shiva
quedar indefinidamente en contacto y comprobar que
inhibir la eyaculaci�n no plantea ning�n problema y no
reduce, m�s bien al contrario, la voluptuosidad sexual.
Parte 6
El m�todo Carezza
El Carezza, sin ser
tantrismo disfrazado, tiene muchos puntos en com�n con
la V�a del Valle.
En Occidente ha sido
descubierto y practicado un r�gimen de uni�n sexual muy
similar a la V�a del Valle: el m�todo Carezza. Sin ser
tantrismo disfrazado �le falta el contacto ritualizado y
saccralizado�, tiene muchos puntos en com�n con la V�a
del Valle y refuta una objeci�n al tantrismo que
consiste en dudar de su aplicaci�n en Occidente. Este
m�todo fue �inventado� en 1844 por el norteamericano
John Humphrey Noyes, fundador de la comunidad Oneida,
que lo llam� Carezza, palabro italiana que no necesita
traducci�n.
Para el m�todo
Carezza la regla es ultrasimple: todo est� permitido,
salvo eyacular, y si eso se produce, jam�s en la vagina,
por tanto el hombre debe retirarse. El orgasmo femenino
es aceptado, excepto si compromete la retenci�n
masculina. El problema de este m�todo es que deja de
lado la parte energ�tica, pues independientemente de
retrasar el orgasmo, el mismo es necesario para
trasmitir la energ�a kundalini a la mujer a trav�s del
chakra sexual.
Para este metodo,
eyaculaci�n y orgasmo masculino son sin�nimos. Para el
Tantra, la eyaculaci�n sabotea el orgasmo masculino,
pero si se produce tiene que ser en la vagina, por lo
que se dijo antes de brindar energ�a kundalini a la
mujer. El m�todo Carezza no ha llegado a descubrir que
orgasmo y eyaculaci�n son dos cosas bien diferentes.
As�, Alice Stockahm admite �la posibilidad de que el
hombre experimente el orgasmo sin eyacular, a la manera
de la mujer, que no emite semen�. Veamos lo que el
m�todo Carezza, como el Tantra, promete a sus adeptos.
En primer lugar
supone en la pareja un amor profundo y el deseo de
transponer la sexualidad a otro plano que el com�n. J.
William Lloyd escribe: �La primera religi�n del hombre
estuvo basada en la sexualidad y s�lo por medio de ella
podemos reencontrar nuestro verdadero origen�, frase
digna de un t�ntrico. Este m�todo considera la uni�n
sexual como una verdadera fiesta amorosa y, siempre de
acuerdo con el Tantra, la eyaculaci�n como un incidente
inoportuno y grosero, incluso antiest�tico, que mata por
un tiempo todo deseo de acercamiento a la mujer. El
hombre que hac�a unos instantes estaba lleno de frenes�
sexual, despu�s de haber eyaculado se aparta de la
mujer, a quien esta indiferencia hiere en su amor propio
o en su amor a secas. Hoy sabemos que el verdadero
Tantra, a�n habiendo el var�n eyaculado, acerca a las
partes a algo m�s sublime que solo una uni�n de dos
cuerpos.
Lloyd compara la
uni�n sexual con eyaculaci�n a un fuego de artificio
interrumpido por la inhabilidad del artificiero que hace
explotar de una vez todos los cohetes. Para �l, eyacular
mata con frecuencia el amor verdadero e impide su
sublimaci�n. Es obvio que la opini�n de Lloyd es un
tanto arcaica, pues deja de lado la parte espiritual.
Seg�n el m�todo Carezza la uni�n de los sexos es un
intercambio basado en el contacto humano m�s �ntimo, que
s�lo se realiza plenamente cuando es prolongado.
Este m�todo no
preconiza ninguna posici�n particular, pero aconseja
evitar los movimientos r�tmicos, prolongados y
acelerados, que llevan a la eyaculaci�n, y recomienda
variar el ritmo, la amplitud y la duraci�n de los
movimientos y, en caso de alerta, inmovilizarse el
tiempo necesario para que se aleje el peligro.
El m�todo Carezza ha
redescubierto un aspecto capital del maithuna t�ntrico,
especialmente en la V�a del Valle: el de los
�intercambios pr�nicos�. Afirma que los �rganos sexuales
femeninos y masculinos est�n magn�ticamente polarizados.
Lloyd contin�a: �Con
frecuencia es el hombre, artista del contacto, el que es
activo, mientras la mujer es pasiva como el im�n que
atrae. Por eso el hombre que quiere tener �xito con el
m�todo Carezza debe ejercitarse en el arte de las
caricias y los contactos magn�ticos. Debe considerarse
parecido a una pila electrica: su mano derecha el el
polo negativo y su mano izquierda el positivo. Cuando
sus manos entran en contacto con un ser humano
receptivo, se engendra y se pone en circulaci�n una
corriente el�ctrica. Debe sentir esa corriente el�ctrica
correr desde su lado izquierdo hasta el lado derecho de
la mujer, y conseguir que obedezca a su voluntad para
dirigirla. Si la toca con una sola mano, sentir�
reaccionar esa parte del cuerpo de la mujer bajo la
influencia de su magnetismo�. �Adem�s, si adquiere el
domino de esa corriente, podr� enviarla a las partes del
cuerpo o a los centros del ser amado que �l desea
cambiar, excitar o calmar magn�ticamente. Debe
perseverar hasta que esto se convierta para �l en una
certeza. Se puede practicar la percepci�n de estas
corrientes magn�ticas sobre uno mismo para calmar
dolores con el contacto de la mano�. �Compr�ndaseme
bien. El m�todo Carezza puede perfectamente tener �xito
aunque se ignore esto, simplemente porque ese magnetismo
natural est� presente y la intuici�n nos gu�a hacia las
acciones correctas; sin embargo, tambi�n en este
terreno, un saber consciente y la voluntad de dirigir
por s� mismo estas fuerzas resulta beneficioso�. �Este
contacto magn�tico ha resultado eficaz para fortificar a
los d�biles y curar a los enfermos. Comprendemos as�
c�mo y por qu� el m�todo Carezza, practicado
correctamente, es beneficioso para la salud. Est�n
totalmente excluidos los efectos nefastos. Harry Gaze
afirma que este m�todo mantiene el amor y confiere
confianza gozosa, belleza y juventud hasta una edad muy
avanzada�.
�Por eso hay que
aprender a tocar a la amada de tal modo que esa
corriente de electricidad vital recorra su cuerpo con un
extremecimiento ext�tico, mientras que la libera de su
propia energ�a acumulada. Del mismo modo la mujer
engendra fuerzas magn�ticas que podr� dejar desbordar en
el hombre, satisfaciendolo tan plenamente que todo
sentimiento de p�rdida ser� eliminado y se obtendr� la
felicidad. El aflujo y el intercambio de estas energ�as
conduce a un equilibrio total y a un reposo ben�fico�.
�En el experto en el
arte de amor, ese magnetismo emana de la punta de los
dedos, de las palmas de las manos, irradia por los ojos,
surge de su voz y puede trasmitirse a trav�s de
cualquier parte del cuerpo del uno o del otro, incluso
mediante el aura, de una manera invisible y sin contacto
f�sico�.
Este texto, podr�a,
salvo algunos detalles de vocabulario, haber pertenecido
a un tratado t�ntrico antiguo, donde se relega a la
mujer a un rol meramente pasivo. Lloyd todav�a a�ade:
�Cuando el m�todo
Carezza es practicado con �xito, los �rganos genitales
quedan tan apaciguados, tan desmagnetizados como despu�s
de una eyaculaci�n. Mientras del cuerpo de los amantes
emana una fuerza maravillosa y una alegr�a consciente,
�stos reposan en una dulce satisfacci�n, como despu�s de
un juego feliz. Todo su ser irradia goce amoroso y
rom�ntico, est� invadido pior un sentimiento de salud,
de pureza, de vitalidad. Quedamos colmados de bienestar
y de gratitud, como despu�s de un fest�n bendito�.
��Qu� sucede por el
contrario despu�s de la eyaculaci�n? La comprobaci�n
general es que, pasados los primeros instantes de
distensi�n agradable, acompa�ado de una sensaci�n de
liberaci�n, sigue inmediatamente el sentimiento de haber
sufrido una p�rdida, de haberse debilitado: la
maravillosa visi�n de sue�o se ha disipado, el hombre se
ha desilusionado. Por cierto que ha vivido su breve
instante de pasi�n, pero muy fugaz, parecido a una
crisis epil�ptica, que no deja ning�n recuerdo, ninguna
huella. Las luces se extinguen, la m�sica cesa, la
fiesta termina antes de haber comenzado realmente. A
veces la debilidad subsiguiente es tal que provoca
palidez, v�rtigos, perturbaciones digestivas,
irritaci�n, decepci�n, incluso verg�enza, hasta rencor.
Es verdad para el hombre, y tambi�n para la mujer,
decepcionada por el fin abrupto de una maravillosa
experiencia. En la mayoria de los casos, cansado,
indiferente, el hombre se duerme. El ardor amoroso ha
desaparecido. Con el metodo Carezza todo es diferente�.
Transcribo este
m�todo como simple ilustraci�n, mas no comparto un papel
tan poco decoroso en el var�n luego de la eyaculaci�n.
Reitero que Lloyd no tiene en cuenta la parte espiritual
de los amantes.
El m�todo Carezza demuestra, como
m�nimo, que esta v�a conviene a Occidente. Para �l como
para el Tantra, la sexualidad trivial, localizada y
limitada el contacto genital, es una neurosis. �El
remedio? Maithuna, la uni�n t�ntrica.
Parte 7
MAITHUNA, LA UNI�N
T�NTRICA
El Tantra es una
forma de adoraci�n de la Shakti encarnada en cada mujer.
Cada mujer es la esposa de Shiva.
En el maithuna el hombre con
frecuencia permanece pasivo; evita todo lo que
provocar�a la eyaculaci�n. Shakti est� activa y conserva
la iniciativa durante el desarrollo del rito. El hombre
est� receptivo, Shatki da el tono. Es indiferente que la
erecci�n se mantenga o no hasta el final: basta con
poder permanecer unidos. En el Tantra es m�s Shakti que
Shiva quien capta y transmite los ritmos c�smicos de la
Luna, del Sol y de la Tierra. Para conocer el �xtasis,
el hombre debe permanecer mucho tiempo unido a Shakti,
impregnarse de su energ�a magn�tica, hasta que la
�divina vibraci�n� lo invada. Basta para ello con
atender distendidamente pero sin fallas a todo lo que
pasa en el cuerpo, y a los intercambios que se efect�an.
Esta uni�n puede �y deber�a� durar
hasta dos horas y m�s. Shiva debe abandonarse a la
percepci�n sensual de la mujer, sentir latir su sangre,
vibrar seg�n su diapas�n, respirar a su ritmo (�muy
importante!), entonces surgir� la experiencia ext�tica.
Rita Ashby, una t�ntrica
californiana, dice: �La Shakti t�ntrica florece
literalmente. Su piel brilla con el resplandor de Eros,
su mirada abierta e inocente cultiva a todos aquellos a
quienes se dirige. El Tantra es una forma de adoraci�n
que da a Shakti confianza en s� misma. Cada mujer es la
esposa de Shiva. �Shakti! �Shakta! Incluso el orgasmo de
Shakti es una simple eventualidad sin verdadera
importancia, pues la mujer no est� tan orientada hacia
lo genital. Al contrario de la eyaculaci�n en el hombre,
el orgasmo femenino atiza el fuego divino del goce, en
lugar de extinguirlo�.
Y Ted Ashby, su
compa�ero, a�ade: �Despu�s de haberse amado durante
horas, uno est� dispuesto a todo: a hacer m�sica, a
bailar como un dios, o incluso a hacer Tantra donde la
pareja, tom�ndose de las manos, percibe las vibraciones
y el magnetismo del otro. El t�ntrico no intenta imponer
su identidad aislada. Est� plenamente "aqu�" y "ahora",
est� vivo y se convierte en la Vida. Se es uno con la
pareja y se est� listo para convertirse en uno con todas
las maravillas del Ser�.
El Tantra libera al hombre del
reflejo eyaculatorio, sin dificultades mayores. Por
supuesto que una pareja habituada desde hace a�os al
amor �normal� no se descondiciona de un d�a para otro.
El principio el hombre no lograr� m�s que una vez sobre
dos o tres evitar la eyaculaci�n, a veces por falta de
cooperaci�n de su compa�era, ella tambi�n acostumbrada a
la forma habitual de contacto sexual y que puede, igual
que el hombre, encontrar al comienzo que este tipo de
uni�n es menos satisfactoria. Basta simplemente con
perseverar para ir de descubrimiento en descubrimiento,
pues la V�a del Valle es la v�a m�s facil de la
meditaci�n entre dos.
Dejo en claro que el verdadero
Tantra no est� en contra de la eyaculaci�n, mientras el
var�n est� "conectado" con el aura de la mujer y le
brinde su energ�a org�smica. Lo que el tantra censura es
el orgasmo masculino ego�sta, donde luego el var�n se
desentiende del acto.
Haced del sexo una meditaci�n entre
dos. No lo cambata�s, no os opong�is a �l. Sed amistosos
frente al sexo. �Vosotros sois una parte de la
naturaleza! En verdad el acto sexual no es un di�logo
�en el peor de los casos un mon�logo� entre un hombre y
una mujer, es un di�logo del hombre con la naturaleza a
trav�s de la mujer, y de la mujer con la naturaleza a
trav�s del hombre. Durante un instante os insert�is en
la corriente c�smica, en la armon�a celestial, est�is de
acuerdo con el Todo
EL RITO
Entre los escasos
textos t�ntricos que describen y autentifican este
ritual solo es relativamente conocido el Yonitantra.
Sin embargo, como con tantos textos t�ntricos, se trata
m�s de un res�men que de un tratado did�ctico: es el
acharya, el instructor en persona quien transmite
las t�cnicas. Adem�s el acharya (que tambi�n
puede ser una mujer) tiene un papel crucial durante la
yonipuja, que debe desarrolarse en su presencia,
hasta el punto que est�n previstas leyes particulares
para el caso en que estuviera ausente.
Como, salvo
excepci�n, el occidental no tiene acceso a la iniciaci�n
directa, es indispensable completar los parsimoniosos
datos pr�cticos del texto original. Una vez que el autor
ha precisado qu� mujeres son aptas para el rito, a�ade
que la yoguini �debe ser lasciva, hasta figurativamente
libertina y haber superado todo falso pudor�.
Al comienzo de la
adoraci�n, Shakti se coloca en el centro del mandala, en
general un tri�ngulo, s�mbolo del yoni c�smico, inclu�do
en un c�rculo. Luego Shiva le ofrece una bebida
afrodis�aca, llamada vijaya, cuya composici�n no
se indica, sin duda porque en esa �poca se supon�a que
en la India todos la conoc�an. En Occidente, se lo
reemplazar� por un copa de champ�n o una bebida
ligeramente alcoh�lica. La intenci�n expl�cita es
erotizar a Shakti al m�ximo, exacerbar su energ�a sexual
para llevarla al �xtasis. Si el champ�n o alguna otra
bebida alcoh�lica produce ese efecto sobre Shakti, el
objetivo est� cumplido.
Siempre seg�n el
texto, despu�s de haber cumplido el ritual preparatorio,
compuesto de mantras y de hijas (vocales sin contenido
conceptual) que el autor no precisa, empieza la primera
parte del Yonipuja. La yoguini se sienta sobre el
muslo izquierdo del adepto, que comienza a adorar su
yoni sakuntala, es decir no afeitado, condici�n
f�cil de cumplir. El adepto entonces unta el yoni con
una pasta de s�ndalo, de delicado perfume; as� el yoni
se asemeja a �una flor encantadora�. Luego el adorador
le ofrece una nueva copa de vijaya y le pinta la
ardhachandra (la media Luna) con bermell�n en
medio de la frente. No se trata de una rutina
mecanizada: el simbolismo de cada gesto es intensamente
vivido por los participantes. Mientras el adepto traza
la media Luna, la pareja toma conciencia de las fuerzas
lunares presentes en Shakti.
Luego Shiva pone las
manos sobre los pechos de Shakti, e impregn�ndose del
aspecto maternal de la Shakti c�smica, pronuncia 108
veces la bhagabija (el sonido�ra�z de la vulva),
sin otra precisi�n, pero en general ser� �Hrim�.
Al final el adorador hace todos los gestos y contactos
que puedan excitar a Shakti al m�ximo: le acaricia
largamente los pechos, las nalgas, luego el yoni. En la
yonipuja, la excitaci�n de Shakti, que se propaga
a Shiva, provoca una abundante secreci�n del fuido
tattva uttama, la �esencia sublime�, es decir, las
secreciones vaginales, y adem�s �y sobre todo� despierta
las energ�as sutiles, �pr�nicas�, que ejercen una
funci�n primordial en el desarrollo de la puja.
Aqu� se situa la
parte central de la puja. A su vez, Shakti unta el
lingam con la pasta de s�ndalo, de perfume afordis�aco y
de color azafr�n. El gur�, siempre presente, vela por el
respeto estricto del ritual y recita los mantras
apropiados. S�lo entonces el lingam es insertado en el
yoni. El maithuna no debe convertirse en un simple coito
profano sin ser controlado a pesar de la intensa
excitaci�n mutua y ser vivido con el sentido de lo
sagrado inherente a toda uni�n t�ntrica. Las modalidades
del maithuna t�ntrico son de rigor, especialmente las
relativas a la asana y al control de la eyaculaci�n.
En el rito, una parte
esencial depende de la absorci�n reciproca de la
�esencia sublime�. A�adiendo sus propias secreciones
lubrificantes a los liquidos vaginales, el lingam
contribuye a mojar abundantemente el yoni. Los dos
flu�dos se mezclan y los t�ntricos creen que la yoguini
y el yogui los absorben: Shakti, por osmosis a trav�s de
la mucosa vaginal y Shiva, gracias a vajroli.
Seg�n el Tantra, ese intercambio vitaliza y dinamiza a
los dos adeptos. Incluso sin esta reabsorci�n mutua,
est� establecido que la excitaci�n sexual intensa y
prolongada de las g�nodas, intensifica la secreci�n de
las hormonas sexuales, que podr�an constituir ellas
tambi�n la �sublime esencia�; �por qu� no?
Durante el maithuna
la pareja medita sobre la potencia creadora as�
despertada en el vientre de la mujer y en el hombre y
adoran la Energ�a C�smica.
La duraci�n de la
uni�n yoni�lingam corresponde a lo que se dice en todo
este libro: nunca se trata del �deprisa y corriendo�.
Despu�s de la uni�n ritual, Shiva rinde un homenaje
respetuoso al yoni, que la yoguini acostada de espaldas,
afrece a su vista y a su adoraci�n. El adepto toma
entonces con el dedo un poco de l�quido vaginal y hace
con �l un tilaka, ese punto que las mujeres
indias llevan en medio de la frente, a su compa�era de
rito, todav�a sumida en el �xtasis, as� como en su
propia frente. El achayra hace lo mismo; luego la
pareja le hace una reverencia y lo adora porque su
presencia les ha ayudado a controlarse durante todo el
ritual y a preservar su car�cter sagrado. Esta pr�ctica
crea un lazo notable de intimidad y confianza. Los
amantes perciben as� el insondable misterio y el sentido
profundo, sagrado, de la uni�n de los sexos, siempre
repitiendo mentalmente el mantra que le ha dado su gur�.
A falta de ello, el occidental utilizar� el �Om� o el �Om
Mani Padme Hum�.
Es posible que el
hecho de que el achayra y su Shakti practiquen
ritos sexuales con sus adeptos puede, seg�n nuestros
criterios, parecer inaceptable; pero hay regiones en la
India que lo realizan.
En cuanto a los
adeptos occidentales, si bien no es pensable trasladar
tal cual la yonipuja, las indicaciones dadas
permitir�n practicar una forma atenuada o adaptada,
siempre conservando su esp�ritu, que es lo esencial.